Según un nuevo informe del Banco Mundial, la aplicación de iniciativas para reducir las emisiones y las acciones para luchar contra el cambio climático pueden sacar de la pobreza a millones de personas.
Según el informe, los más pobres se encuentran más expuestos que la población promedio a la mayoría de las perturbaciones relacionadas con el clima, como inundaciones, sequías y olas de calor, y cuando se ven afectados, pierden una mayor proporción de sus riquezas. En los 52 países en los que hay datos disponibles, el 85 % de la población vive en países donde los pobres se ven más expuestos a la sequía que el promedio. Además, también están más expuestos a temperaturas más elevadas y viven en países en donde se estima que, debido al cambio climático, la producción alimentaria será menor.
“En este informe expresa con claridad que será imposible poner fin a la pobreza si no adoptamos medidas firmes para reducir la amenaza del cambio climático y disminuir radicalmente las emisiones nocivas”, expresó Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los pobres son quienes más se ven afectados por el cambio climático, y nuestro desafío en este momento es proteger a decenas de millones para evitar que caigan en la pobreza extrema debido al cambio climático”.
En el informe, divulgado un mes antes de que los negociadores de París, muestra cómo se puede poner fin más efectivamente a la pobreza y luchar contra el cambio climático si esas cuestiones se abordan en conjunto.
En el informe se concluye que la agricultura será el principal impulsor de cualquier aumento en la pobreza. Los estudios de creación de modelos sugieren que el cambio climático podría provocar pérdidas en los rendimientos globales provenientes de los cultivos, que podrían llegar a ser de hasta el 5 % antes de 2030 y del 30 % antes de 2080. Los efectos sobre la salud (mayor incidencia del paludismo, de la diarrea y de los retrasos del crecimiento) y sobre la productividad del trabajo son los efectos más significativos.
Al hacer hincapié en los efectos sobre la agricultura, los desastres naturales y la salud, en el informe se insta a poner en práctica iniciativas de desarrollo que mejoren la resiliencia de los pobres. Esas iniciativas pueden incluir, por ejemplo, fortalecer las redes de seguridad social y la cobertura de salud universal, así como medidas relacionadas específicamente con el clima que ayuden a enfrentar el cambio climático, como mejores defensas en caso de inundaciones, sistemas de alerta temprana y cosechas resistentes al clima.
Al mismo tiempo, se expresa que es necesario dar un fuerte impulso a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de eliminar la amenaza a largo plazo que el cambio climático representa para la reducción de la pobreza. Esos esfuerzos de mitigación deberían ser diseñados para garantizar que no representen una carga para los pobres. Por ejemplo, lo que se ahorre al eliminar los subsidios a los combustibles fósiles podría reinvertirse en planes de ayuda a las familias pobres para que estas puedan afrontar los mayores costos de los combustibles.
En el informe también se examinan las soluciones de políticas exitosas que demuestran que un desarrollo adecuado puede proteger a los pobres de las perturbaciones. Por ejemplo, después del tifón Yolanda, Filipinas pudo utilizar el sistema de transferencias condicionadas de efectivo para destinar con rapidez fondos de emergencia a la población afectada. En Uganda, la combinación de nuevas variedades de cultivos y las visitas de extensión han impulsado el aumento del ingreso de la agricultura familiar en un 16 %.
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