En la vegetación
La vegetación de un paisaje es uno de los elementos que más nos gusta, pero a través de acciones que nos parecen “inofensivas” la afectamos, aunque sea levemente. Si recogemos plantas, flores o setas, las especies pueden sufrir un cambio, o incluso pérdida en su calidad. Lo mejor será invadirlas lo menos posible.
La tala maderera, muchas veces destinada a la construcción de establecimientos turísticos, o a leña de alojamientos, puede afectar especialmente a las especies más jóvenes, y también se ven alteradas las especies que se destinan a parques y jardines turísticos. Ni qué hablar de la basura y los residuos que generan los establecimientos, que alteran la vegetación.
Otro de los efectos más dañinos lo genera el tráfico de vehículos, pero también el peatonal, que ocasiona pérdida de vegetación por pisoteo. Si el número de turistas es excesivo, el hábitat y la vegetación se pueden ver aún más afectados y hasta destruidos.
En las aguas
Especialmente en las áreas de playa, el abastecimiento y la calidad del agua se ve afectada por una gran demanda, también para piscinas y espacios recreativos. Incluso se ha dado el caso de pueblos que se quedan sin agua potable cuando existe un exceso de turistas. Los principales problemas de contaminación se derivan de aguas residuales que son tratadas de manera incorrecta y se arrojan al mar, playas, lagos y ríos desde la industria turística.
El aumento de determinados nutrientes en el agua, derivados de estos vertidos, genera a su vez procesos que acaban causando excesivo crecimiento de algas. Esto provoca la disminución de oxígeno y la alteración de otras especies de flora y fauna.
Por otro lado, la presencia de derivados del petróleo por vertidos y derrames de barcos o cruceros puede generar auténticas catástrofes ecológicas.
En la geología
Especialmente en áreas sin proteger, la extracción, el desgaste y la ruptura o alteración de minerales, rocas y fósiles puede destruir rasgos únicos de un paisaje. Esto se puede achacar a los turistas, pero también la construcción de infraestructura hotelera y turística causa alteraciones irreversibles en la tierra por el movimiento de suelos, por los residuos contaminantes que pueden quedar, por los cambios en la circulación del agua y desde luego porque se altera el paisaje, tal y como vemos en esos hoteles tan invasivos en primera línea de playa.
¿Y en las ciudades?
El turismo urbano también tiene su cuota de responsabilidad en la alteración medioambiental de la ciudad. Por ejemplo, cuando cambia el paisaje de ésta con una infraestructura que choca con su medio ambiente. O cuando existe una sobrecarga de edificaciones turísticas ¡o de visitas!
Cuando un gran evento atrae gran cantidad de gente, la capacidad de la ciudad es sobrepasada y todo el entorno sufre consecuencias (desde residuos, basuras, hasta contaminación por ruido o por exceso de vehículos). No hay que olvidar que la industria hotelera es la principal fuente de residuos en muchos de los centros turísticos.